Presión en el
sistema circulatorio
La presión sanguínea es la tensión ejercida por la
sangre circulante sobre las paredes de los vasos sanguíneos, y constituye uno
de los principales signos vitales. La presión de la sangre disminuye a medida
que la sangre se mueve a través de arterias, arteriolas, vasos capilares, y
venas; el término presión sanguínea generalmente se refiere a la presión
arterial, es decir, la presión en las arterias más grandes, las arterias que
forman los vasos sanguíneos que toman la sangre que sale desde el corazón. La
presión arterial es comúnmente medida por medio de un esfigmomanómetro, que usa
la altura de una columna de mercurio para reflejar la presión de circulación
(ver Medición no invasiva más abajo). Los valores de la presión sanguínea se
expresan en milímetros del mercurio (mmHg), a pesar de que muchos dispositivos
de presión vascular modernos ya no usan mercurio.
La presión arterial varía durante el ciclo cardíaco
de forma semejante a una función sinusoidal lo cual permite distinguir una
presión sistólica que es definida como el máximo de la curva de presión en las
arterias y que ocurre cerca del principio del ciclo cardíaco durante la sístole
o contracción ventricular; la presión arterial diastólica es el valor mínimo de
la curva de presión (en la fase de diástole o relajación ventricular del ciclo
cardíaco). La presión media a través del ciclo cardíaco se indica como presión
sanguínea media; la presión de pulso refleja la diferencia entre las presiones
máxima y mínima medidas.1
Los valores típicos para un ser humano adulto,
sano, en descanso, son aproximadamente 120 mmHg (16 kPa) para la sistólica y 80
mmHg (11 kPa) para la diastólica (escrito como 120/80 mmHg, y expresado
oralmente como "ciento veinte sobre ochenta"). Estas medidas tienen
grandes variaciones de un individuo a otro. Estas medidas de presión sanguínea
no son estáticas, experimentan variaciones naturales entre un latido del
corazón a otro y a través del día (en un ritmo circadiano); también cambian en
respuesta al estrés, factores alimenticios, medicamentos, o enfermedades. La
hipertensión se refiere a la presión sanguínea que es anormalmente alta, al
contrario de la hipotensión, cuando la presión es anormalmente baja. Junto con
la temperatura del cuerpo, la presión sanguínea es el parámetro fisiológico más
comúnmente medido.
Aunque a la presión sanguínea se la confunde con la
presión arterial, se puede distinguir dos tipos de presión sanguínea:
· Presión venosa
· Presión
arterial: Tiene dos componentes o medidas de presión arterial que son:
· Presión
sistólica o la alta.
· Presión
diastólica o la baja.
La presión arterial (presión sanguínea en las
arterias) puede registrarse fácilmente, sin esfuerzo y de manera indolora, lo
que supone una ventaja tanto para los pacientes como para los médicos. Además
la medición de la presión arterial tiene un coste mínimo.
Estos factores convierten los controles de la
presión en un método de reconocimiento disponible y aplicable en prácticamente
cualquier lugar. La presión sanguínea se mide en mmHg (milímetros de mercurio).
Los valores de presión arterial normales en los adultos se sitúan aproximadamente
en 120/80 mmHg, a partir de 140/90 mmHg se habla de hipertensión arterial. La
primera cifra se denomina “valor sistólico”; la segunda es el “valor
diastólico”.
Una red de nervios, hormonas y estructuras
cerebrales se encarga de regular la presión sanguínea. Es totalmente natural
que fluctúe a corto plazo, debido por ejemplo a esfuerzos físicos, excitación
mental, consumo de café u otros factores. Sin embargo, las oscilaciones
continuadas de la presión arterial, en especial la hipertensión constante, han
de ser evaluadas por el médico, puesto que pueden constituir un indicio de
ciertas enfermedades o derivar en patologías graves como el infarto cardiaco o
el accidente cerebrovascular.
La presión arterial media (MAP) es la presión
promedio medida sobre un ciclo cardíaco completo. No se trata de una media
aritmética, pues están relacionado con la capacidad de perfundir
La fisiología moderna desarrolló el concepto de
onda vascular de presión (VPW). Esta onda es creada por el corazón durante la
sístole y se origina en la aorta ascendente, entonces viaja a través de las
paredes de los vasos a las arterias periféricas mucho más rápidamente que la
corriente sanguínea en sí misma. Allí, en las arterias periféricas, la onda de
presión puede ser palpada como el pulso periférico. A medida que la onda es
reflejada en las venas periféricas corre hacia atrás en una forma centrípeta.
Donde se cruzan las crestas de la onda original y la reflejada, la presión
dentro del vaso es más alta que la presión verdadera en la aorta. Este concepto
explica la razón por la cual la presión arterial dentro de las arterias
periféricas de las piernas y de los brazos es más alta que la presión arterial
en la aorta, 2 3 4 y alternativamente las presiones más altas vistas en el
tobillo comparado al brazo con los valores normales del índice de presión
braquial del tobillo.
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